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Bienvenid@, el Señor continúe bendiciendo tu alma

El tiempo está cerca de cumplirse, y mi Señor necesita reclutar soldados que estén dispuestos a renunciar a este mundo para llevar a cabo la buena batalla, si crees que eres lo suficientemente fuerte para enlistarte en el ejército celestial, enlistate hoy mismo, entrega tu vida a Cristo y saldrás vencedor.

miércoles, mayo 23, 2012

Confia en Dios en medio de la adversidad y los problemas



...¿Alguien tiene algo en mi contra?
¡Vayamos juntos ante el juez!
¿Alguien se cree con derecho de acusarme?
¡Que venga y me lo diga!
El Señor es quien me ayuda; ¿Quién podrá condenarme?...
(Isaías 50:8-9 - Biblia: Dios Habla Hoy)

Seguramente sobraría quien tenga algo en mi contra y de fijo quienes me miran como un hipócrita se creen con derecho a señalarme y a acusarme, pero como lo expone el profeta Isaías, quien tenga algo en mi contra o se crea con derecho de acusarme que se junte conmigo delante del juez (o de Dios) para que juzgue la causa, el profeta está muy seguro de que Dios lo respaldará sea cual sea la acusación que se le haga y de hecho cualquiera de nosotros puede sentirse seguro de que Dios nos puede respaldar ante cualquier amenaza o acusación, pero vamos unos versos antes para saber porqué el profeta siente esa seguridad en Dios, pues no es simplemente porque sea profeta, sino que dicen así los versos anteriores a lo que hemos leído:

El Señor me ha instruido para que yo consuele a los cansados con palabras de aliento.
Todas las mañanas me hace estar atento para que escuche dócilmente.
El Señor me ha dado entendimiento y yo no me he resistido ni le he vuelto las espaldas.
Ofrecí mis espaldas para que me azotaran y dejé que me arrancaran la barba. No retiré mi cara de los que me insultaban y me escupían.
El Señor es quien me ayuda: por eso no me hieren los insultos; por eso me mantengo firme como una roca, pues sé que no quedaré en ridículo.
(Isaías 50:4-7 - Biblia: Dios Habla Hoy)

Como podemos leer en este texto, el profeta habla de su relación con Dios, en que es Él quien lo instruye para que dé aliento a los que están agobiados, además menciona que TODAS las mañanas le hace estar atento, o sea que TODAS las mañanas el profeta se presentaba delante de Dios (de seguro en oración) y que atendía el entendimiento que Dios le daba sin resistirse ni volverle las espaldas a Dios, o sea, era obediente a lo que Dios ponía en su mente y corazón.
También dice que permitió ser azotado y dejó que le arrancaran la barva, en pocas palabras fue sumiso; y no retiró su cara de quienes le insultaban y le escupían, entendemos que sin importar lo que le pasara afrontó la situación confiando en que sería Dios quien le ayudaría y que por eso los insultos le valían nada, manteniéndose firme sabiendo que Dios no permitiría que quedara en ridículo.

Ahora bien, guardando una relación con Dios, siendo sumiso haciendo caso omiso de las ofensas y confiando firmemente en Jehová Dios, el profeta se sentía seguro y sin temores, ante cualquiera que tuviera algo en contra o que quisiera acusarle, pues él sabía que delante de Dios estaba tranquilo pues se guardaba para Él.

¿Cuantas veces alguien nos ofende y de una vez nos ponemos a la defensiva?, el mismo Jesucristo nos enseñó que si nos dan por una mejilla debemos poner la otra, fue Él quien se mantuvo dócil ante una turba de pecadores que lo acusaban injustamente y así se mantuvo hasta su muerte en la cruz, pero Él sabía que delante del Padre, solo cumplía su voluntad, y es por eso que Jehová Dios lo levantó con gloria de entre los muertos y le dio potestad sobre TODAS las cosas.

Si queremos ser respaldados por el Señor, debemos aprender a vivir rectamente delante de Él, manteniéndonos en oración, apartándonos del pecado, creyendo en que Él hará lo necesario para sacarnos de TODA situación que se presente, debemos confiar siempre y a ciegas en el Señor, pues suyos son el poder y la gloria y Él tiene misericordia de quien Él así lo quiere, cada vez que oremos, clamemos por misericordia, pues por más bien que hagamos, siempre quedamos cortos ante su excelencia.

No pidamos a Dios que quite las tormentas, pidámosle que nos enseñe y nos ayude a mantenernos firmes aún en medio de ellas, ruego al Señor que no permita que nos apartemos de su mano divina y que guarde nuestras almas para gloria y honra de su maravilloso nombre, que nos cubra con la sangre del cordero que fue inmolado para perdón de nuestros pecados y salvación de nuestras almas. Amén y amén

1 comentario:

Noemi dijo...

Reciban muchisimas bendiciones les visito de El Salvador, les comparto mi testimonio para la gloria de Dios en mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com

JESUCRISTO ES EL MISMO DE AYER, HOY Y POR LOS SIGLOS.