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Bienvenid@, el Señor continúe bendiciendo tu alma

El tiempo está cerca de cumplirse, y mi Señor necesita reclutar soldados que estén dispuestos a renunciar a este mundo para llevar a cabo la buena batalla, si crees que eres lo suficientemente fuerte para enlistarte en el ejército celestial, enlistate hoy mismo, entrega tu vida a Cristo y saldrás vencedor.

lunes, marzo 30, 2020

¿El COVID-19 y cuántos más?


Imagen obtenida del sitio: BBC Internacional 


Te hablo a ti, sí a ti, que predicas de un Dios grande y misericordioso.
Te pregunto, ¿porqué tienes tanto miedo hoy?, ¿acaso te ha puesto de rodillas un virus?
¿Ha menguado tu fe en ese Dios que predicas?  ¿Acaso no libró Dios a Sadrac, Mesac y Abed-Nego del fuego y de la furia de Nabuconodosor?, ¿No libró a Daniel de las fauces de los leones y a tantos otros que pusieron su confianza en Él?

Pues te diré que sí, sí debemos lavarnos las manos, no salir de casa si no es necesario y debemos acatar cuanta disposición nos dé cada entidad de gobierno, pero fuera de todo eso, NO debemos perder la confianza en Dios, afanándonos porque sentimos que NO tenemos una fuente segura de ingresos, porque sentimos que se nos acabó el sustento o porque no vemos la luz de salir con libertad a la calle.

¿No es Dios quien extiende su mano para alimentar a la creación?, ¿No es Dios quien viste a los lirios del campo?, ¿No eres tú de mayor aprecio para Dios que todo lo que existe?

Dios no te va a abandonar, no dejará que su pueblo, si lo invoca, si se humilla, si clama a Él, caiga ante un microscópico virus.
Pero aún, si lo permitiera, Él es Dios omnipotente, omnipresente y omnisciente, sempiterno y soberano, siempre será su voluntad y nosotros NO NECESITAMOS ENTENDERLO, solo aceptarlo, porque Él es Dios y tiene el control de TODAS las cosas, no de algunas, sino de TODAS. Y si Él permite que algo suceda, es porque sabe lo que está haciendo.  Así que deja tus miedos, tus angustias y tus afanes y preocupaciones, deja todo en sus manos y que Él actúe conforme a su voluntad.

Tú, si en verdad crees en Él como dices, solo has tu parte, siendo obediente y ayudando a quien lo necesita.  No intentes convencer al necio, al terco, de eso se encargará Dios y su Santo Espíritu, hablales, sí, pero no discutas por necedad, sólo hazles saber lo que necesitan y que ellos rindan cuentas ante quien deban hacerlo.

 Que la paz de Dios, que sobrepasa TODO entendimiento, sea sobre ti y tu familia, humíllate, clama e invoca el nombre del tres veces Santo y soberano Dios, apártate del pecado y entonces, Él oirá desde su trono y en su momento, sanará nuestra tierra. ¡Bendiciones!