Donde queda esa hermosa inocencia, es más: ¿Podemos acaso recuperarla?, es muy probable que no, una vez que el ser humano se ha contaminado con pecado, esa inocencia se mancha, o sea que seremos pecadores hasta la muerte, pero es aquí donde interviene el hermoso acto del sacrificio de Jesucristo en la cruz, Él mismo se ofreció para que a través de su sangre fuesemos nosotros lavados de esa mancha de pecado, por eso decimos que si la sangre de nuestro Señor no limpia cualquier pecado, entonces nada lo limpiaría, si no aceptamos y confesamos con nuestra boca que Jesús es el Señor y si no creemos con nuestro corazón que Dios le ha resucitado de entre los muertos para traernos vida eterna en el reino de nuestro Padre, entonces podemos darnos por perdidos.
Buscadle mientras puede ser hallado dicen las escrituras, un día nuestro Señor Jesús de Nazaret vendrá por nosotros, su pueblo y con ellos se irá el Santo Espíritu de Dios, e incluso la misma muerte, muchos le buscarán y no le hallarán, querrán morir y no encontrarán la muerte, entonces será el crujir de dientes y el lloro de las naciones, que no quisieron reconocer el señorío de Jesucristo.
Muchos dirán, pero si yo soy hijo de Dios, pero nunca actuaron como tales, el Señor nos ha dado dones y un llamado, si no sabemos ejecutarlos y cumplir así la voluntad de Dios, entonces no podemos hacernos llamar, sus hijos.
¿Haz perdonado ya a quién te hizo daño?, haz ayudado al desvalido, haz dado de comer al hambriento, haz con tu prójimo, como te gustaría que hicieran contigo, porque las sagradas escrituras se resumen en dos mandatos:
- Ama al Señor tu Dios con toda tu alma, con todas tu fuerzas y con todo tu corazón.
- Y ama a tu prójimo como si de ti mismo se tratara.
Confiesa con tu boca que Jesucristo es el Señor y cree, cree que Él murió para salvarte del fuego del infierno, lee su palabra, nutre tu alma con lo bueno y desecha lo malo y procura siempre hacerlo que es justo y recto delante del Señor, que Dios bendiga tu vida grandemente y te guarde para su gloria y honra. Amén.
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