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Misericordioso eres Señor Jehová, que conoces mi corazón y aún así tienes misericordia de mí, he sido juzgado conforme a mis actos por quienes me rodean, pues en tu palabra dice: "por sus frutos los conoceréis", pero aún así, a pesar de los malos frutos que he dado, conoces mi corazón más a fondo de lo que los demás pueden ver, ellos me han juzgado porque solo ven con sus ojos y reconozco ante ti que no he sido un buen hijo para ti, pero Tú; ¡Oh Señor!, conoces lo más íntimo de mi ser, sabes que a pesar de haber pecado mi corazón necesita de ti, de tu maravillosa presencia, de tu paz, de tu misericordia; gracias Señor Jehová, porque te compadeces de mí.
Clamo a ti pidiéndote que retires el aguijón de mi carne, más Tú me consuelas diciendo: ¡Bástate mi gracia!
Eres lo mejor que me ha pasado, quiero arrepentirme de mis caminos, porque sepulcro blanqueado he sido, por fuera me he mostrado limpio y recto, más podredumbre de pecado había en mi interior, porque tenía nombre de vivo, más por dentro estaba muerto, trae vida a mi alma, reaviva el fuego, el primer amor que en un principio tenía por Ti, pero que por mirar la vanagloria de este mundo comencé a descuidar.
Te amo Señor y Rey Jesucristo, te doy gracias por haber padecido por mí, por morir en la cruz para perdón de mis pecados, también doy gracias a Dios por tu resurrección, porque por medio de ti tengo la vida eterna y salvación.
Sólo te pido ¡Oh Jehová!, que guíes mi alma por el camino de la rectitud, que me permitas tener una porción del espíritu de Abraham, de Moisés, de David, de Elías y de todos cuanto vivieron de acuerdo a tu santa y perfecta voluntad, pero sobre todo que tu Santo y precioso Espíritu more en mi corazón, para poder actuar y vivir en santidad como tu amado hijo Jesús de Nazareth.
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