Si decimos ser cristianos y no tenemos un estilo de vida como el que tenía Jesucristo, entonces nos queda grande el título, ¿aún hablamos las mismas cosas que un mundano, incluyendo su léxico? ¿Escuchamos la misma música y vemos las mismas películas?, si tus amigos no saben que eres cristiano es porque no lo eres.
¿Pero que tiene de malo ver películas o escuchar música me dirás?, ¡eso es legalismo!
El predicador y misionero norteamericano Paul Washer puso un ejemplo que lo explica muy bien, yo lo modifiqué un poco y dice así:
Tú dices que no hay nada malo en ver cierta película o escuchar ciertas canciones, que solo tienen como dos o tres escenas indebidas pero nada más, o solo blasfeman el nombre de Dios un par de veces, es una buena película o canción y es muy poco lo malo que tiene, ahora viene el ejemplo.
Digamos que es tu cumpleaños y yo quise prepararte un pastel, listo usé los mejores ingredientes, huevos de calidad, harina fina, edulcorante en lugar de azúcar, leche fresca y lo decoré muy bonito, pero solo hay un pequeño detalle, se fue el agua y tuve que usar medio vaso de agua del sanitario para poder hacer bien la mezcla, ¿te comerías ese pastel que está muy bueno aunque solo tenga un poquito de agua del sanitario?
Estoy seguro que tu respuesta fue ¡No, que asco!, pues un verdadero cristiano tampoco vería una película que estuviera buenísima aunque solo tenga un poquito de blasfemia, o desnudez, o violencia.
Sé que esto no nos gusta y menos si se es joven, pero tú sabrás a quien quieres agradar a Jehová tu Dios o a tus amigos o simplemente satisfacer tus deseos de la vista y los carnales, no soy yo quien te acusa, yo solo te expongo el caso, será el Espíritu Santo quien te ponga incómodo ante la verdad.